A diferencia de occidente, donde los novios son los protagonistas, en la India hay otro todavía más especial: el oro. Y es que en las bodas indias las joyas, la decoración o incluso los hilos de los trajes están hechos de oro. De hecho, para cada vestido de novia se usan hasta 300 gramos del metal dorado en promedio. En el país asiático, en donde se celebran más de 20 millones de bodas anuales, se estila regalar oro a las novias que contraen matrimonio, esta tradición es uno de los motivos que explica el hecho que la India sea el segundo mayor comprador de oro del mundo, solo por detrás de China; y que los hogares indios tengan en su poder un 11% de las reservas de oro del mundo.
La cancelación de bodas por la pandemia del coronavirus desplomò en la India la compra de oro en un 56%. En el primer semestre de este año la demanda de joyería en este paìs fue de 118 toneladas, frente a las 294 toneladas del 2019. En abril, cuando la pandemia azotaba con más fuerza a los hindus, las importaciones de oro se redujeron un 99,5%.
Lo sorprendente es que esta brutal caída de la demanda en la segunda potencia consumidora del mundo no ha conseguido frenar la subida del precio del metal. Parece que el interés como valor refugio, tira bastante más. Rozando los 1900 dólares la onza, el precio del oro ha aumentado más de un 30% en lo que va de año.