España lidera el mercado europeo de moda nupcial —seguido de Italia—. Elabora casi la mitad de los vestidos que salen del continente y es el cuarto productor mundial, solo superado por China, Vietnam y Estados Unidos. En 2018, este sector generó en España una cifra de negocio de 860 millones de euros. Si además se tienen en cuenta accesorios, vestidos de fiesta y calzado, la cifra asciende hasta 1.350 millones de euros. Pero con la caída del número de bodas en un 80%, la pandemia ha llevado al sector a una reinvención forzosa. La estrategia digital y la artesanía se alían con la esperanza de que las ganas de casarse vuelvan. Con un 80% menos de bodas celebradas, el año 2020 puso en jaque a un sector multidisciplinar que da trabajo directamente a más de 300.000 personas. Organizadores de bodas, fotógrafos, restaurantes, floristas, centros estéticos… y, por supuesto, el segmento dedicado a la moda.