En Israel las bodas son entre semana, se realizan de domingo a jueves y viernes por la mañana y se celebran entre las 7 de la noche a un máximo de la una de la mañana. La gran mayoría terminan antes porque todo el mundo trabaja al otro día. Así que, si hacemos cuentas rápidas, entre que llega la gente a la boda, se hace la ceremonia, se cena y se baila, el tiempo efectivo de fiesta puede ser cuatro horas.
Esto genera que la gente busque casarse el jueves, teniendo en mira que su boda pueda tener una mayor duración al ser el viernes un día no laboral. Asimismo, las parejas que deciden casarse un viernes verán su boda cortada por la entrada del shabat (día religioso de descanso que comienza en la tarde del viernes y termina el sábado en la noche
La celebración puede estar a la mitad de la fiesta, pero apenas cae la tarde los meseros comienzan a levantar las mesas y la música se corta repentinamente por el DJ aunque la fiesta esté en su mejor momento. Esto sucede porque si la fiesta continua el salón se puede llevar una multa muy grande por romper el shabat. Es aquí cuando la religión interviene .
En Israel no se da regalo material, pero hay una ley no escrita que si asistes a la boda a fuerza tiene que dar dinero y de acuerdo con la amistad y cercanía que tengas con la persona es la suma que estará escrita en el cheque que se les dará a los novios. Apenas llegas al lugar de la boda, en la entrada donde informan cuál es la mesa que corresponde al invitado, se encuentra una fila a la caja fuerte donde se tiene que depositar un cheque; para ello, existe un tabulador que marca, de acuerdo con la cercanía con los novios, la cantidad correcta que se tiene que poner en el cheque, (la cantidad mínima es alrededor de 70 dólares) en la gran mayoría de ocasiones si no se lo haces es super mal visto. Incluso hay novios que contratan un guardia para cuidar la caja fuerte.
Esto genera que mucha gente invite a personas que nada tienen que ver con la boda con el fin de generar más ganancia y realizar un matrimonio más grande.
Otra curiosidad que existe en las bodas judias es que las novias no tienen su propio vestido, sino que la gran mayoría lo renta por unos días y solo le hacen unos ajustes con su modista. Esto genera que muchas novias puedan coincidir con el mismo vestido con solo unos pequeños detalles cambiados.