Por: Carlos Scaglioni Vigil
La pandemia del COVID19 nos ha golpeado con fuerza, provocando una severa crisis sanitaria que ha cambiado la sociedad, la economía y la historia del ser humano como la conocemos, dejándonos con la gran incertidumbre de cómo será la vuelta a la “nueva normalidad” que con ansias todos esperamos. Las medidas que el Gobierno va tomando dejan en claro que el distanciamiento social se mantendrá vigente más tiempo del que nos gustaría; esta estricta medida afecta directamente al sector de las bodas, cuya celebración es difícil imaginarla sin besos ni abrazos. La infortunada emergencia sanitaria, obligó a cientos de novios a aplazar la fecha de su matrimonio, por lo que más del 90% de estas parejas celebrarán su enlace matrimonial el 2021.
Ante este panorama, los profesionales eventistas tendrán que afrontar con capacidad y velocidad de adaptación la organización de las celebraciones que se vienen, con las rigurosas restricciones que se impondrán; para ello, deberán desplegar innovadoras estrategias de gestión y así enfrentar exitosamente los nuevos retos. En el logro óptimo este objetivo, se tiene que aplicar soluciones creativas, en donde la más destacada sin duda será el protocolo de actuación higiénico sanitaria que asegure la mayor protección tanto de trabajadores como de invitados, además de contar con amplios espacios ante la necesidad de disponer de áreas de separación entre los asistentes, para acatar así la normativa que se viene. En este sentido, los espacios al aire libre van a cobrar mayor importancia en la celebración de las bodas, pues ofrecen una forma más cómoda de disposición. Las matrimonios tenderán a centrarse en lo esencial, lo tradicional, lo auténtico, buscando el verdadero significado de las cosas, en donde prime el aquí y el ahora, el vivir las situaciones con vitalidad, inquietud y pasión. Sin excesos, sin derroche, aplicando todo el aprendizaje que nos está dejando esta infausta experiencia del Coronavirus.
La esencia de lo que es en realidad casarse se pondrá de nuevo en valor
La situación excepcional que se vive, está haciendo que nos demos cuenta de lo que realmente es importante, pues nunca antes nos habíamos detenido en plantearnos la posibilidad de no poder abrazar a nuestros seres queridos. Este hecho definitivamente influirá en la forma de celebrar una boda, en donde la palabra celebrar tendrá más fuerza y significado que antes; el amor volverá a tener ese lugar que, en cierta manera había perdido, en medio de un y mil detalles de la organización. Los novios celebrarán que son ellos, jurando ante el altar su compromiso eterno de amor, ternura, respeto y lealtad. Seguirán siendo soñadores y felices, solo que ahora con una cantidad extra de realidad, sabiduría y experiencia. La palabra tranquilidad debe ser la que prime ahora, pues lo que estamos viviendo es una situación nueva, inesperada e incierta, poco a poco se encontrarán las soluciones adecuadas. La ilusión de casarse es lo último que se debe perder en este momento.