Por Carlos Scaglioni Vigil
El sostenido incremento de los casos de coronavirus, está enfrentando a empresarios y emprendedores a escenarios nunca antes pensados, que van desde la caída de las ventas, el rompimiento de cadenas de suministro, el mantenimiento de la salud, hasta la incertidumbre de si se podrá volver a una misma oficina. La repentina irrupción de este invisible enemigo en el mundo ha provocado el aislamiento en más de 160 países, obligando a que compromisos sociales como bodas se cancelen, casi de inmediato le siguió la prohibición de realizar reuniones y el cierre obligatorio de locales y eventos, lo que ha provocado una inmensa ola de incertidumbre.
RESISTENCIA E INNOVACION
El efecto colateral de las epidemias son las innovaciones; así por ejemplo, el 2002 el SARS permitió la explosión del uso de Internet en China. Este tipo de discontinuidades históricas generan siempre innovaciones relevantes. De una adversa realidad se desprenden oportunidades para impulsar y aprender nuevas formas de gestión empresarial, hoy en su mayoría alineadas con una cultura digital, que ayuden a que nuestra actividad económica continúe y se adapte a las nuevas circunstancias. Acá es oportuno hablar de la “i”, de innovación, de ideas, de inspiración; innovar mediante la creatividad y el emprendimiento es lo único que nos garantizará la productividad y la calidad en el futuro.
Las reacciones que se vienen asumiendo en el sector nupcial son diversas, tal vez la más relevante de todas es la celebración virtual del matrimonio, que cada vez se populariza más. En estas bodas vía Internet las novias igual se visten de blanco y llevan su bouquet como si tratase de un matrimonio normal. Sin embargo, todos los invitados se encuentran detrás de un teléfono o computadora. Estos eventos son una forma de socialización en tiempos de adversidad en donde la creatividad y la tecnología permiten confraternizar y celebrar eventos tan importantes como bodas, aniversarios y hasta graduaciones. Salir de la rutina, vestirse elegante y entrar en contacto con otras personas ayuda a la autoestima durante el confinamiento.
En ciudades como Nueva York se acaba de autorizar este tipo de matrimonios por videoconferencia, mientras que el Gobierno de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) anunció la puesta en marcha de servicios online para la celebración de bodas mientras dure la pandemia de coronavirus; pero es la India, país que tiene al sector de bodas como uno de los más fuertes de su actividad económica, el que lleva la delantera en este tipo de enlaces online.
Así tenemos que el mayor portal matrimonial hindú Shaadi, ha creado una línea de negocio denominado “Bodas desde casa” que pregunta a los novios: ¿No quieren posponer su boda?”…“No tienen por qué hacerlo. Nuestro equipo de pandits (hindúes), mawlawis (musulmanes) y curas (cristianos) realizará los rituales por videoconferencia”; para tal efecto los responsables del portal Shaadi vienen usando la conocida aplicación Zoom un sistema de videoconferencia y reuniones virtuales. El primer casamiento por videoconferencia fue organizado el pasado 14 de abril y ya llevan más de una docena. Sin embargo, la mayoría de los novios que a nivel mundial están optando por este “casamiento en tiempos de coronavirus” anuncian mediante sus redes sociales que cuando termine la cuarentena organizarán otra boda para que las personas que los acompañaron durante el matrimonio virtual sean testigos de la legalización de su matrimonio en una Iglesia o en un Registro Matrimonial.
Los malos tiempos son como fuertes vientos, lo arrancan todo, menos lo que no puede ser arrancado. En ello nos vemos como realmente somos. Como dijo Henry Ford: “Cuando todo parezca ir contra ti, recuerda que el avión despega contra el viento, no a favor de él.”