Por: Carlos Scaglioni Vigil
Este año al que todos denominaban como un 20 sobre 20, está bien lejos de esa calificación; pues de pronto se vio inundado de palabras como crisis, enfermedad, muerte, pérdida. Las noticias negativas se adueñaron de los periódicos, radio, televisión, internet y de todas nuestras conversaciones. Esta inmensa sombra que de un tiempo a esta parte ha tornado todo lúgubre y sombrío, debe ser contenida con la convicción, seguridad y confianza que dan la fe; amoldémonos y dejémonos guiar únicamente por la esperanza que todo en su momento se disipara.
Esta actitud debe ser la luz del faro que guíe en estos momentos a los eventistas, y a todos los novios que han tenido que posponer sus enlaces matrimoniales con la confianza que ese rumbo escogido los conducirá al gran día, en donde nada superará a la fuerza mágica del momento en el que seguirán adelante tomados de la mano rumbo al altar. Y también seguirá adelante el sector nupcial, porque esto es solo una pausa, luego de la cual se volverá con más fuerza y con más ganas a trabajar. Se volverá a brindar, a bailar y a cantar al unísono alzando las manos al aire. Volveremos a sentir esa libertad. No perdamos la ilusión. Ese momento llegará.
Debido a esta infausta coyuntura el sector nupcial evolucionará, rompiendo estereotipos, creando nuevas tradiciones, potenciando estilismos. Atrás quedarán las nupcias rígidamente protocolarias que seguían al pie de la letra todas las tradiciones. Se potenciarán las bodas de día, destacando los estilos campestres teniendo a la naturaleza a modo de decoración. Cobrarán más fuerza las bodas íntimas o micro weddings, dejando la tendencia de bodas multitudinarias en las que no se sabía de dónde salía un invitado. Ahora los novios preferirán compartir ese especial momento de forma más íntima mimando a todos sus invitados.