Italia, tras meses de ser uno de los países más afectados por la pandemia del nuevo coronavirus (registrando más de 241 mil contagios y superando las 38 mil muertes) se encuentra relajando ciertas medidas sanitarias, como el fin de la cuarentena obligatoria. En esa línea, la Asociación Wedding Industry italiana propuso al Gobierno una fecha concreta para volver a las ceremonias, la suspensión de los impuestos para las empresas de bodas y financiaciones a fondo perdido a causa de la disminución de la facturación. El gobierno de ese país está preparando un nuevo decreto por el que áreas del sector vinculado a los matrimonios podrán retomar sus actividades, que por la pandemia perdió 26.000 millones de euros, provocando que 500,000 personas que trabajan en 83.000 empresas cesaran sus actividades. Se estima que la pérdida global será de entre el 70% y el 85%. El 2019 en Italia se celebraron más de 220 mil bodas y en lo que va de 2020 solo se han registrado 8 mil. Han sido también anuladas las bodas de extranjeros, unos 10.000, que eligen escenografías italianas y dejan en las arcas del país 540 millones al año.
Obviamente, este desastre ocasionado por el COVID19, afectó también a unas 50,000 parejas que ya tenían programada su boda y que en estos tres meses no se pudieron casar, por aquello de evitar aglomeraciones y guardar distancias. Este hecho ha motivado que un nutrido grupo de novias en Roma protestaran por el aplazamiento de las bodas por el covid-19. Las mujeres participantes en esta protesta posaron frente a la Fontana de Trevi, vestidas con traje de boda, algunas portando mascarillas, todas con un paraguas y un cartel con su demanda, la decena de novias realizó esta manifestación para exigirle a las autoridades ser escuchadas. ¿Su objetivo? Solicitar poder realizar la fiesta en la celebración de sus matrimonios.
“El 90% de los matrimonios se ha aplazado hasta el 2021”, “Han roto nuestro matrimonio” y "No esposos, no iglesia, no fieles" son algunos de los mensajes que sostuvieron las mujeres en los carteles. Tras la manifestación, fueron recibidas en el parlamento por Alessandro Amitrano, miembro de la Cámara de Diputados de Italia.