En una desgarradora colisión entre el amor y la muerte una pareja de novios contrajo matrimonio en el hospital, Joe Fielder de Ingalterra. El novio era un joven con varios trastornos de salud, que había contraído el COVID-19, sus posibilidades de sobrevivir eran pocas y estaba recibiendo cuidados paliativos. Su novia Sophie llamó al capellán del centro médico y le preguntó si podía casarlos de inmediato.
Vestidos con el equipo médico de protección personal, el sacerdote desarrolló todo el protocolo litúrgico con todas las cosas que se dicen durante una boda cerrando su ceremonia con el "hasta que la muerte los separe". El novio hizo todo lo posible para decir las palabras, pero en ocasiones le costaba trabajo debido a su respiración. Su pareja hizo lo posible para decir las palabras, pero le costó también debido a las lágrimas. La familia estaba sonriendo y llorando al mismo tiempo. Hicieron todo lo posible para que sea una boda normal e incluso repartieron pastel nupcial. Después se tomaron una fotografía.
Los novios lo quisieron así. Ella sabía que él tenía sólo unas horas más de vida, y creo que ambos sentían que esto sería lo último que podrían hacer juntos. Al menos tendrían este recuerdo final. El novio pudo morir sabiendo que había dicho esas palabras de compromiso, su novia estaba realmente emocionada y agradeció mucho la oportunidad para que se dijeran esas palabras ante un representante de Dios.